Francia está acostumbrada a ganar las competiciones como anfitriona. Aunque no lo hizo en el Mundial de 1934, sí lo conseguiría con el tiempo en la Eurocopa-84 y el Mundial-98.
De los tres títulos en su palmarés, sólo la Eurocopa de 2000, en Bélgica y Holanda la logró lejos de París. Y en esta ocasión, en Francia-2016 quiere repetir la experiencia.
A la competición, como país organizador, llega tras dos años de partidos amistosos desde que cayera en cuartos de final del Mundial de Brasil-2014 contra Alemania.
Tras un primer período complicado, entre marzo y junio de 2015, con derrotas contra Bélgica, Brasil y Albania, se recuperó después con triunfos de prestigio contra Portugal, España y Alemania.
Esta temporada, llevan siete victorias y una derrota, en un partido de un contexto particular, el 17 de noviembre en Inglaterra, cuatro días después de los atentados de París. Su primera fase de la Eurocopa parece asequible en un grupo con Rumanía, Albania y Suiza.
El seleccionador Didier Deschamps posee sin duda el mejor palmarés del fútbol francés, y estaba predestinado a ocupar un día el puesto de seleccionador de un equipo en el que fue capitán en los títulos del Mundial-98 y la Eurocopa-2000. Tomó las riendas de los Bleus en 2012 con el objetivo mayor de este campeonato continental en casa.
Los inicios no fueron buenos, con una clasificación al Mundial de Brasil lograda en una repesca contra Ucrania. Pero la presencia de Francia en cuartos en ese torneo le permitió renovar la confianza hasta 2018.
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