El técnico Elie Baup había agotado su crédito, después de sacar lo mejor del grupo en su primera temporada en el banquillo, y se optó por un hombre de la casa, José Anigo, como revulsivo a mitad de curso. No funcionó.
Y la solución para la campaña que comienza ha sido Bielsa, uno de los técnicos más prestigiosos del mundo y seleccionador de Argentina entre 1998 y 2004.
Fanático del trabajo, minucioso hasta el extremo, amante del rigor y de la exigencia; el 'Loco' tiene ante sí uno de los mayores desafíos de su carrera.
Aceptar el proyecto supuso encender el entusiasmo de los alicaídos aficionados del Marsella. 'Loco, haznos soñar', pedía una bandera extendida en el centro de entrenamiento del club el 24 de junio, día en el que el equipo comenzó la pretemporada.
Con su prudencia habitual, el técnico rosarino se limitó a saludar a los aficionados desde la distancia.
Después llegó su particular realidad. Acostumbrados a seguir en vivo la pretemporada del equipo, los hinchas se toparon con las estrictas normas de Bielsa, que dictan que los entrenamientos son a puerta cerrada, estableciendo el menor contacto con los aficionados y con los medios. En este sentido llama la atención que el club, contrario a su intención, no ha presentado oficialmente al preparador.
Mientras, el equipo se ha impregnado del 'método Bielsa'. Con un numeroso grupo de ayudantes, el nuevo técnico, que ya conoce bien al efectivo tras haberlo estudiado en sesiones de vídeo, ha establecido dos entrenamientos por día (normalmente mañana y tarde).
Uno de los puntos importantes en su puesta a punto es el trabajo por líneas, con un técnico adjunto encargado de los atacantes y otro de los defensas.
Otro cambio importante ha sido que los jugadores duermen regularmente en las instalaciones del Marsella, en los cuartos que se han preparado en La Commanderie.
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