viernes, 6 de noviembre de 2015

El caso del video sexual de Mathieu Valbuena, por el que fue detenido incluso su compañero de selección Karim Benzema



El caso del video sexual de Mathieu Valbuena, por el que fue detenido incluso su compañero de selección Karim Benzema, recuerda a otros chantajes y asuntos escabrosos propios de la era digital, en la que la vida sexual de los futbolistas es percibida por algunos como una fuente de comercio fácil y lucrativo.

En Francia, además del “caso Valbuena”, en 2008 Djibril Cissé, entonces jugador del Marsella, fue víctima de un episodio similar. Un individuo le reclamó 163.000 dólares a cambio de no hacer públicas imágenes encontradas en un ordenador que le habían robado.

En Alemania, el exdirigente del Bayern de Múnich Uli Hoeness, condenado por fraude fiscal, fue amenazado en mayo de 2014 con malos tratos en prisión si no pagaba una cierta cantidad. Un hombre fue detenido en ese caso de chantaje no estrictamente sexual.

Pero todos los escándalos no son perseguibles por la ley. Los tabloides británicos son especialistas en seguir de cerca la vida sentimental y sexual de los deportistas, especialmente si son de élite.

Bajo la apelación “Kiss and Tell”, el gran negocio de corte clásico consiste en pagar a una call girl, actriz o aspirante a famosa para que engañe o se acerque a un futbolista, antes de contar la historia con una sustanciosa remuneración. Si el testimonio se acompaña de fotografías, la cantidad percibida puede dispararse. Varios jugadores de la Premier League se han visto en portadas por indiscreciones no deseadas.

Han sido noticia los supuestos devaneos de David Beckham con la que era su asistente en Madrid o la relación de Wayne Rooney con una mujer de edad bastante superior a la suya. Incluso el entrenador sueco Sven-Goran Eriksson se ha visto salpicado.

En febrero de 2014, el francés Olivier Giroud (Arsenal) fue fotografiado en ropa interior después de haber tenido una relación extraconyugal.

Las historias de Ashley Cole o John Terry sobre sus relaciones con la pareja de un compañero de equipo también hicieron correr ríos de tinta. O la de Ryan Giggs, que engañó a su esposa durante ocho años con la de su hermano. Pero tres casos desde 2011, dos de ellos en este 2015, recuerdan al “caso Valbuena”.

En 2011, el diario The Sun reveló que un jugador importante de la Premier League, de una veintena de años y con una reputación intachable, había sido sorprendido con tres suecas en un hotel de Las Vegas. En septiembre un grupo de extorsionadores interceptó un corto video con una relación a tres.

“Confirmamos que trabajamos en un intento de chantaje, recibido el 2 de octubre”, había declarado la Policía, que tomó declaración al protagonista involuntario de un video de ocho segundos. El nombre del futbolista era conocido por The Sun, que se reunió con su agente, pero el temor a un juicio costoso motivó que no se difundiera la identidad.

Ese anonimato forzoso podría cambiar en un futuro tras una decisión del Alto Tribunal del 26 de marzo de este año, en el caso del futbolista de la fiesta de Navidad. La Justicia estimó que su nombre podía ser revelado, sin embargo finalmente no se lo hizo.

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