miércoles, 8 de octubre de 2014

"Enloquecen" con Bielsa

Ni los millones del París Saint-Germain, ni la solidez del Mónaco han servido para amedrentar al Olympique de Marsella, que dirigido por el argentino Marcelo Bielsa encabeza la clasificación con una sólida renta de cinco puntos cuando casi se ha disputado un cuarto del campeonato.

Los números del equipo de "el loco" y el juego desplegado, que recibe alabanzas de todos los lados, son ya un fenómeno en Francia, donde comienza a especularse con la posibilidad de que el Olympique arrebate al PSG un título que todo el mundo le daba por seguro.

En Marsella, espoleados por el propio Bielsa, el discurso que predomina es el de la prudencia y el entrenador, fiel a su costumbre, afirma que sólo piensa "en el siguiente partido".

Pero, de momento, el técnico de Rosario ha logrado detener la dinámica negativa de las últimas temporadas en un club que parecía en proceso de autodestrucción.

Sus métodos, su gusto por el fútbol ofensivo, su personalidad han conquistado a una ciudad que le vio llegar con tanta ilusión como escepticismo y que ahora parece ganado a su causa.

Siete triunfos consecutivos han acabado con toda resistencia interna. Sin apenas fichajes, el argentino ha sabido sacar rendimiento a una plantilla que en pasadas temporadas decepcionó y en la anterior no logró clasificarse para ninguna clasificación europea.

El mejor símbolo es el atacante André-Pierre Gignac, perdido en el anonimato de un club mediocre y, que de la mano de Bielsa, ha sumado nueve dianas en otros tantos encuentros.

"Ahora trabajamos, cosa que antes no sucedía", asegura el jugador en un claro mensaje a sus anteriores técnicos.

Y el trabajo parece la seña de identidad de un equipo que eleva mucho la presión para asfixiar al rival, hasta el punto de que la consigna del técnico es la de recuperar el balón nada más al perderlo.

Así, el Marsella desprende una imagen de trabajadores incansables que contrasta con las estrellas del PSG y que, por el momento, está dando mejor resultado que el multimillonario proyecto parisiense que dirige Laurent Blanc.

Pero ni Bielsa ni el Marsella se creen todavía que el trabajo esté finalizado, entre otras cosas porque el equipo no ha afrontado por el momento a ninguno de los que parece que serán sus rivales directos.

Antes de la pausa invernal, el Olympique conocerá su verdadera valía con duelos frente al Lyon, el PSG y el Mónaco, el Girondins de Burdeos y el Lille.

"Veremos el valor de este equipo cuando hayamos jugado contra los grandes", afirmaba hace unos días Bielsa para espantar el fantasma de la euforia.

El entrenador argentino, reputado por sacar toda la energía de sus jugadores, deberá pensar también en la larga temporada que queda por delante si su auténtica ambición es el título.

En el último mes y medio, sólo ha procedido a un cambio en el equipo titular, lo que amenaza con cansar a la plantilla pese a que, a diferencia de sus principales rivales, no tiene que afrontar competiciones europeas. Además, el Marsella perderá a partir de enero a un buen puñado de jugadores a causa de la Copa África de Naciones (CAN), lo que debilitará todavía más una plantilla que, como advirtió Marcelo Bielsa a principios de temporada, no se ha reforzado lo suficiente.

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