viernes, 1 de noviembre de 2013

Ibrahimovic, el acróbata del gol



Sus actitudes de antihéroe no le granjean simpatías que puedan traducirse en titulares periodísticos que resalten sus proezas como definidor. Cara de malo, de una sinceridad brutal, desentendido de lo políticamente correcto, el ariete del Paris Saint-Germain convierte los goles más increíbles de estos tiempos. Son el resultado de su elasticidad y sus ganas de buscar lo más difícil e imprevisible para el asombro de los futboleros de aquí y de allá.

Comenzaron las especulaciones acerca de los candidatos a llevarse el próximo Balón de Oro que la FIFA entregará a principios de 2014. A los previsibles y repetidos nombres de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo se ha sumado el del francés Franck Ribery, hace poco distinguido por la UEFA como el futbolista europeo de mejor desempeño en la pasada temporada. Se dice que si Portugal es eliminado en el repechaje que debe jugar como última opción para intentar llegar a la Copa del Mundo a jugarse en Brasil, las posibilidades de un quinto trofeo consecutivo para el 10 del Barcelona o el primero para el galo del Bayern Munich serían mayores. Esos asuntos, de todas maneras, suelen importar menos para quienes tratamos de resistir a diario las mieles del marketing y las anécdotas rosa que tan buena prensa tienen a partir de seductores titulares pensados para manipular sin pausa el morbo de las masas futboleras.

Ese periodismo cada vez más propenso a enfatizar los rasgos farandulescos del fútbol, y progresivamente menos interesado en sus aspectos esencialmente deportivos y lúdicos, se hizo un picnic con las declaraciones vertidas hace un par de semanas por Zlatan Ibrahimovic que calificó de cobarde a Josep Guardiola porque, según su versión, cuando dirigía a los azulgranas, hacía lo que el messicentrismo dictaba y por ello terminó afuera del equipo, tal como en su momento también le sucediera al camerunés Samuel Eto’o. El catalán, ahora entrenador del último campeón de Europa (Bayern de Munich) ni se inmutó acerca de aquellos dichos, evitando, fiel a su estilo, entrar en una de esas polémicas que conducen a ninguna parte.

Aunque nacido en Suecia, de perfil guerrero, fiel a sus orígenes bosnio croatas, entusiasta practicante de artes marciales, con 95 kilos de peso y 1.95 de estatura, el ahora centrodelantero del Paris Saint Germain (PSG), flanqueado por Ezequiel Lavezzi y Edinson Cavani en el frente de ataque, Ibrahimovic no ha generado la gran atención que merecían los golazos que les convirtió al Bastia en el torneo francés y al Anderlecht de Bélgica por la Champions League y que certifican esa convicción de que a un delantero con ese espíritu y ese estilo, le interesan los grados de dificultad de sus movimientos, los gestos técnicos y por lo tanto la calidad de sus anotaciones, esto es, no sólo eficacia, sino espectacularidad.

El que recuerde el famoso escorpión ejecutado por René Higuita cuando atajaba para la selección colombiana en un partido jugado en el viejo Wembley, de seguro que lo habrá asociado con el gol escorpión que este mastodonte y hombre elástico del fútbol le hizo al Bastia, y que tres días después convertiría cuatro de los cinco tantos con los que su equipo goleó al Anderlecht, uno de ellos, de taco, desacomodando a un marcador y al portero, y otro, corriendo desde la banda izquierda para un remate elevado de aproximadamente treinta metros que entró por la escuadra derecha del portero rival. De los cinco goles registrados en una semana, los tres aquí descritos fueron de una calidad que supera cualquiera de los anotados en esa misma fecha de Champions por Cristiano y por Ribery (Messi no jugó).

Zlatan no tiene la prensa de Lio y de CR7, pero con la hoja de servicios que exhibe, debería merecer otra consideración, pues luego de hacer sus primeras armas en el Malmio de su país, vistió las camisetas del Ajax de Holanda, la Juventus, el Inter y el Milan de Italia, el Barcelona catalán y ahora juega por el PSG que obtuvo el último título de la liga francesa con Carlo Ancelotti como director técnico y pelea con el Mónaco palmo a palmo por revalidar su último éxito. Ibrahimovic, además con la azul y amarilla de la selección sueca, ha participado de dos copas del mundo y tres eurocopas.

Examinando la lista de los veintitrés candidatos al Balón de Oro —Gareth Bale (Real Madrid), EdinsonCavani (PSG), Radamel Falcao (Mónaco), Eden Hazard (Chelsea), Zlatan Ibrahimovic (PSG), Andrés Iniesta (Barcelona), Philipp Lahm (Bayern de Munich), Robert Lewandowski (Borussia Dortmund), Lionel Messi (Barcelona), Thomas Müller (Bayerrn de Munich), Manuel Neuer (Bayern de Munich), Neymar (Barcelona), Mesut Özil (Arsenal), Andrea Pirlo (Juventus), Franck Ribery (Bayern de Munich), Arjen Robben (Bayern de Munich), Cristiano Ronaldo (Real Madrid), Bastian Schweinsteiger (Bayern de Munich), Luis Suárez (Liverpool), Thiago Silva (PSG), Yaya Touré (Manchester City), Robin van Persie (Manchester United) y Xavi Hernández (Barcelona)— no hay dudas acerca de los atributos y cualidades de cada uno de ellos, así como para este periodista tampoco hay materia que discutir acerca de la calidad de los goles que se convierten continuamente en las ligas nacionales y en los torneos europeos y en ese contexto, gran parte de los de Ibrahimovic, con esa vocación por la proeza que lo caracteriza, son de lejos los más espectaculares de todos los que han concretado estas grandes figuras que conforman el listado de esta élite del fútbol mundial.

Entre el 15 y 19 de noviembre se juegan los partidos de repechaje para Brasil 2014. De ellos destaca, qué obviedad, los que van a protagonizar Portugal contra Suecia. Cristiano Ronaldo o Zlatan Ibrahimovic, en consecuencia, no estará en canchas brasileñas, y eso, por supuesto, acrecienta el interés por un juego en el que dos ganadores obsesivos, dos animales del gol, fieles a su odio a la derrota, tratarán de incidir con su potencial efectividad, para que sus selecciones puedan estar en el torneo a jugarse en el país de la felicidad futbolera.

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